En los últimos días se ha incrementado la expectativa que el gobierno de Javier Milei busca implementar lo que dan a llamar un régimen de competencia de monedas. El reciente staff report del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha incrementado estas expectativas. Sin embargo, es muy importante distinguir entre un régimen de competencia de monedas propiamente dicho y un régimen bi-monetario. También tener presente algunas características particulares según se deprende de expresiones propias de Milei.
El régimen de competencia de monedas, al menos como se utiliza desde el gobierno, hace referencia a dos trabajos de Hayek, Choice in Currency (1976) y Denationalization of Money (1978). Hayek no fue el único en tratar este régimen monetario, también lo hicieron Klein (1974, 1975) y Nash (2002) por ejemplo. Bajo este régimen monetario, varias monedas compiten en igualdad de condiciones. Hayek imagina que bancos emisores (en principio privados) emiten su propio dinero fiduciario (es decir, billete no convertible). Estos bancos emisores compiten entre sí manteniendo estable el poder adquisitivo de su dinero. Hayek también imagina que algunos bancos pueden especializarse en mercados específicos, emitiendo moneda que mantenga su poder adquisitivo estable sobre bienes transados en mercados específicos (energético, agrícola, etc.)
El régimen de competencia de monedas no está libre de problemas. En términos teóricos, White (1999, ch. 12) (y Klein) llaman la atención sobre un potencial problema de inconsistencia temporal. Un banco emisor puede verse tentado de emitir en exceso su dinero y comprar otros activos financieros antes que el banco pierda sus clientes. A diferencia de un régimen de banca libre, los bancos a la Hayek no tienen una obligación contractual con sus clientes sobre el poder adquisitivo del dinero, solo tienen la promesa de mantenerlo estable. En un régimen de banca libre, los bancos emisores tienen la obligación contractual de convertir su billete en otro activo (por ejemplo, oro), por lo que este problema no está presente.
En términos empíricos, Friedman sugiere que Hayek se olvidó de considerar los efectos red presentes en el bien dinero. Friedman duda que, en un régimen de competencia de monedas, se observen más de un puñado de monedas compitiendo entre sí. Luther y White (2015) estudian esta hipótesis, donde encuentran que el mercado no se traslada de una mala a una buena moneda, dado el beneficio “red” presente en la moneda mala.
Un régimen bi-monetario tiene ciertas similitudes con un régimen de competencia de monedas, pero las diferencias son más importantes que las similitudes. En un régimen bi-monetario circulan dos (o más) monedas. En este sentido, un régimen bi-monetario es parecido al de una competencia de monedas. Pero, el hecho de que más de una moneda circule en paralelo a la moneda local no quiere decir que las mismas compitan en igualdad de condiciones, por lo que no estamos ante un régimen de competencia de monedas propiamente dicho. Esto se desprende del propio staff reportdel FMI (pie de página 15, p. 18), cuando confirma que otras monedas no tendrán curso legal y los impuestos se seguirán pagando en pesos. El staff report describe un régimen bi-monetario, al cual imprecisamente llama competencia de monedas (en la misma imprecisión parece caer el gobierno).
¿Cómo se pasa de un régimen bi-monetario a uno de competencia de monedas? ¿Cómo se permite que el dólar y el peso compitan en igualdad de condiciones? Es necesario darle al dólar el mismo estatus legal que el peso: curso legal (lo cual requiere una ley del congreso). En un país con la anomia institucional de Argentina, esta distinción no es menor. En países con un mayor nivel de calidad institucional, como Perú, Colombia, o Uruguay, el bi-monetarismo puede asumirse un régimen estable y creíble. No es el caso de Argentina.
Hay otra cuestión importante. LLA estaría pensando en imponer alguna versión de encaje 100% a los depósitos bancarios. Existen diversas versiones que prohíben los encajes fraccionarios, y más allá de las expresiones de Milei, no es del todo claro cómo se implementaría este sistema. La segunda cuestión es que el gobierno busca una ley que prohíba al banco central financiar de manera directa al Tesoro. Los detalles de esta ley, y las regulaciones que le acompañen, pueden tener un efecto en la capacidad del banco central de ejecutar y, por lo tanto, como se desempeñará el régimen bi-monetario.
De la campaña electoral a la fecha se han discutido tres regímenes monetarios:
Estable: Dolarización de jure (la cual es compatible con competencia de monedas)
Menos estable: Competencia de monedas sin dolarización de jure
Inestable: Bi-Monetarismo
Por último, es importante distinguir entre una economía bi-monetaria y un régimen bi-monetario. Argentina es una economía bi-monetaria sin un régimen (marco legal) bi-monetario apropiado. Existe una gran diversidad de regímenes bi-monetarios, como por ejemplo lo fue la convertibilidad.
La distinción entre parches y soluciones es fundamental. Un régimen bi-monetario puede funcionar bajo el gobierno de LLA. Pero no es consistente con la historia argentina asumir que va a perdurar en el largo plazo. De hecho, se podría argumentar que el país se encuentra en este embrollo monetario justamente por partir de un régimen bi-monetario facil de romper dada la anomia institucional del país. Distinto es una solución de largo plazo, que sea lo suficientemente robusta para sobrevivir los nuevos gobiernos populistas que Argentina tendrá en un futuro no muy lejano. La dolarización sigue siendo el régimen monetario con mayores chances de sobrevivir la volatilidad política de Argentina, y por lo tanto es el régimen monetario con mayores chances de encauzar la economía argentina de una buena vez.
Nicolás, cómo vunculas la cuestión bi-monetarismo y Competencia de Monedas con las declaraciones de Cierre del BCRA ergo, se eliminaría el peso?