El dólar gana a pesar de la competencia desleal
Las últimas cifras del INDEC confirman que a pesar del cepo la economía argentina sigue siendo una economía bi-monetaria en la que predomina el dólar.
El INDEC acaba de publicar las estadísticas del balance de pagos y posición financiera internacional (PFI) a junio de 2024. La PFI mide la posición neta de activos de la Argentina con relación al resto del mundo.1
Lo primero a destacar es que en la Argentina no faltan dólares, al menos en el sector privado. A quienes le faltan dólares es al BCRA y al sector público por razones que a esta altura deben resultar obvias. Gracias al sector privado, a nivel agregado la Argentina es acreedora en cerca de US$88.000 millones.
El otro dato importante es que el dólar sigue siendo la moneda que prefieren los argentinos a pesar de la competencia desleal que implica el régimen curso forzoso del peso con cepo cambiario.
Según el INDEC, el rubro “Moneda y depósitos” para el sector privado no financiero al 30 de junio de 2024 ascendía a US$255.000 millones.2 Este es el valor de las tenencias en moneda extranjera que los argentinos acumularon a lo largo de los años “fuera del sistema”. Pueden estar en una caja fuerte, debajo del colchón, escondidos en un convento, o en una cuenta no declarada en el exterior. El INDEC no tiene manera de saberlo. En base a estos datos y las estadísticas mensuales que publica el BCRA podemos ver como evolucionó la liquidez del sector privado por moneda. Como se puede ver la liquidez en dólares quintuplica la liquidez en pesos. Si agregáramos la posición neta en inversiones de cartera deberíamos agregar otros 40.000 millones de dólares a la liquidez en esa moneda. Se dice que la Argentina tiene una economía bi-monetaria. En realidad tiene una economía mayormente dolarizada.
Al negar la dolarización de facto, el régimen monetario de curso forzoso del peso con tipo de cambio arbitrario y cepo que supimos conseguir a lo largo de estas últimas décadas le impone elevados costos de transacción a la economía argentina.
Si suponemos que el equivalente a la mitad de los dólares en circulación son canjeados a pesos y viceversa a lo largo de un año (una medida de su velocidad de circulación), y un spread de compra-venta en el mercado cambiario de 3% en promedio (bastante conservador) implicaría un costo hundido de casi 4.000 millones de dólares o 1,5% del PBI. Algunos economistas todavía parecen no entender que la Argentina ya perdió la capacidad de recaudar “señoreaje” mediante la emisión de pesos que nadie quiere.3 Y aunque no sería imposible recuperar esta capacidad con décadas de estabilidad monetaria y disciplina fiscal, dada la historia argentina, parece bastante improbable. Además, tampoco parece recomendable ya que fue el abuso de esta capacidad lo que promovió la sustitución del peso por el dólar.
Como mínimo hay que darle curso legal al dólar para que toda esta liquidez se pueda incorporar al sistema financiero y potenciar la actividad económica eficientemente.
La terminología empleada en las cuentas internacionales puede dar lugar a confusión. La balanza (o balance) de pagos registra flujos entre residentes y no residentes y es análoga al estado de flujo de fondos de una empresa. Por otro lado, la posición financiera internacional en vez mide stocks (es decir, la acumulación de flujos) y es más parecida al balance.
Aunque el INDEC no especifica que proporción está en denominada en dólares, a nivel agregado esta moneda representaba 92% de la posición financiera neta agregada y 100% del rubro “Otra Inversión” que engloba a “Moneda y Depósitos”.
Sobre las distintas definiciones de señoreaje y la confusión que a veces genera esta polisemia ver este y este artículo.