Es el contexto internacional ideal para dolarizar
La situación económica internacional es favorable a una dolarización ya que a nivel global el dólar se encuentra en valores históricamente elevados. Además, se ha invertido una relación histórica.
Además de todos los argumentos a favor de adoptar el dólar como moneda de curso legal que hemos enfatizado en este blog y en nuestro libro, hay que tener en cuenta dos factores externos que facilitarían su implementación y contribuirían a mejorar el posterior desempeño de la economía argentina.
El primero de ellos es el valor del dólar a nivel internacional. Como se puede ver en el gráfico siguiente, el tipo de cambio real de Estados Unidos actualmente se encuentra en niveles históricamente altos. El contraste con los noventa es notable: en diciembre de 2023 el valor real del dólar a nivel internacional era 40% más alto que en marzo de 1991.
Como ha señalado Scott Sumner en un artículo reciente, es más probable que a partir de ahora el dólar se deprecie en vez de apreciarse. Consecuentemente, es más improbable repetir un escenario como el de la Convertibilidad, cuando en un lapso de diez años el dólar se apreció casi 30% (y el peso un porcentaje similar).
El otro factor externo favorable es un cambio estructural en la economía de Estados Unidos, qué gracias a avances en la tecnología de perforación y extracción de gas y petróleo, en 2020 pasó de ser un país importador de petróleo a ser uno de los principales exportadores del mundo.
Como explica un trabajo reciente Daniel Rees, economista del BIS, a partir de 2020 el aumento de los precios de las materias primas coincidió con un fortalecimiento del dólar a nivel global. En el gráfico siguiente se puede visualizar como cambió la relación entre ambas variables en el período 2020-23 con relación al período 1973-2019.
Según Rees, la correlación positiva entre dólar y precios de materias primas podría volverse más común en el futuro si Estados Unidos mantiene su condición de exportador neto de petróleo. Su conclusión se basa en dos observaciones. En primer lugar, históricamente el dólar he exhibido una relación estrecha y estable con los términos de intercambio de Estados Unidos. En segundo lugar, la transición de Estados Unidos a ser exportador neto de crudo implica que, en el futuro, un aumento de los precios de las materias primas tenderá a elevar los términos de intercambio norteamericanos, en vez de reducirlos.
Las implicancias de este cambio estructural de la economía norteamericana son muy relevantes al debate sobre la conveniencia de una dolarización en la Argentina. Los detractores de la dolarización, entre ellos Rafael Correa, han argumentado que no es el régimen monetario más indicado para países exportadores de materias primas como la Argentina y Ecuador debido a la relación inversa que existe entre el valor del dólar y el precio de las materias primas. Supuestamente, una dolarización tiende a ser pro-cíclica: al caer los precios de las exportaciones se fortalecería la moneda, restándole competitividad al sector exportador en el peor momento del ciclo económico.
Ya demostramos en otro posts de este blog (ver aquí y aquí), que históricamente, bajo el populismo, durante los ciclos de apreciación global del dólar, el tipo de cambio real de la Argentina se ha apreciado en mayor medida que bajo la Convertibilidad y que en Ecuador bajo la dolarización. Por lo tanto aunque válido teóricamente, el argumento tiene una validez empírica muy relativa en países en los que el populismo es endémico. En vista del cambio estructural mencionado, también dejaría de tener validez teórica.
Otra consecuencia de este cambio estructural en la relación entre el dólar y el precios de las materias primas es que se atenuaría el riesgo de sudden stops cuando caen los términos del intercambio de la Argentina. Un dólar caro está asociado a tasas de interés más altas, que históricamente llevan a reversiones de los flujos de capitales a economías emergentes.
A todo lo antedicho, habría que agregar que la Fed ha tenido éxito en contener el brote inflacionario de 2022 y re-anclar las expectativas. Mientras su credibilidad como garante de la estabilidad de precios se mantenga intacta, es esperable una caída de las tasas nominales de interés, lo cual también sería favorable para la Argentina.
En conclusión, a nivel internacional los planetas están alineados favorablemente para que la Argentina adopte el dólar como moneda de curso legal.
There’s never been a better time than now!
Dolarización ya!! Aumento de la inversión y el ahorro. Menor injerencia de la lacra política en la economía de la gente común.