En un post anterior expliqué por qué bajo una dolarización las reservas internacionales y la base monetaria dejan de tener el significado que tienen en un país con su propia moneda. Aquí intentaré explicar con cierto detalle como se implementó en la práctica la dolarización en Ecuador, es decir, de donde salieron los dólares que reemplazaron a los sucres.
Lo interesante del caso ecuatoriano en el contexto de la discusión actual en la Argentina sobre las reservas en el BCRA y el tipo de cambio de conversión, es que no fueron los dólares acumulados en el Banco Central del Ecuador (BCE), es decir, las reservas internacionales de libre disponibilidad (RILD), los que permitieron dolarizar, sino los dólares que los particulares ingresaron al sistema bancario.1
Según relata Carlos De la Torre Muñoz, ex ministro de economía bajo Lenín Moreno, al momento de dolarizar en Ecuador se afirmaba incorrectamente “que la dolarización era inviable con el stock de divisas que internalizó el Banco Central del Ecuador desde sus reservas internacionales”. Esta afirmación, similar a la que hacen algunos economistas en la Argentina, resultó equivocada. Como explica De la Torre Muñoz, la dolarización “no implica o depende exclusivamente del acervo de especies monetarias en dólares” en el banco central.2
A fines de septiembre de 2000 se habían canjeado el equivalente de US$ 561 millones de los sucres en poder del público al 10 de enero de ese año más 100% de encajes bancarios en sucres por US$ 192 millones.3 Es decir un total de US$ 753 millones. En teoría, las RILD deberían haber caído en la misma magnitud, ya que la dolarización implica “comprar” la base monetaria. Sin embargo, para ese entonces las RILD ascendían a US$ 1.034 millones, un aumento de US$ 161 millones en relación al 31/12/1999. Este aumento se explica por dos factores: 1) la balanza de pagos, y 2) el aumento de los depósitos en el BCE y el sistema bancario.
¿Quién puso entonces los dólares necesarios para dolarizar? Los ecuatorianos. ¿Cómo? Depositando sus dólares en los bancos. Entre diciembre 1999 y septiembre 2000 el aumento neto de los depósitos totales en el sistema bancario fue de US$ 604 millones. Por otro lado, el aumento de los activos externos netos consolidados (BCE+sistema bancario) fue de US$ 337 millones.
Este resultado, que puede parecer sorprendente, fue consecuencia de que:
El BCE acumuló dólares por movimientos en la balanza de pagos durante el período de canje finalizado el 30 de septiembre). En gran medida los ingresos netos de dólares se explican por las remesas provenientes de ecuatorianos residentes en el exterior, que en los primeros 9 meses de 2000 giraron US$ 988 millones.
Los ecuatorianos residentes creyeron en la dolarización y en vez de disminuir el volumen de sus ahorros en el sistema bancario, lo aumentaron con dólares que ya tenían en su poder (“bajo el colchón”) y/o los que recibieron de sus parientes residentes en el exterior (ver punto anterior).
En otras palabras, la gente canjeó sus dólares a través de los bancos y una gran parte de esos dólares fueron depositados en los mismos bancos. El BCE prácticamente no tuvo que desembolsar reservas. Esto no fue por diseño sino que fue un resultado espontáneo.
“Si bien se requiere de dólares para la dolarización,” explica De la Torre Muñoz, “éstos son necesarios en la medida de proveer de circulante para las transacciones en efectivo, ya que la conversión de los depósitos a dólares, que además estaban congelados, es decir, todos los componentes de M2 por fuera del circulante, fue solamente un cambio de unidad monetaria”. Como el proceso de dolarización fue gradual, no fue el BCE sino el sistema bancario el que “proveyó” los dólares necesarios para efectivizarlo.4 Es importante recalcar que una dolarización no implica una cancelación instantánea de activos y pasivos sino un proceso gradual, equivalente al criterio de “empresa en marcha”.5
Recordemos que en Ecuador la dolarización se anunció en un contexto de default de la deuda externa, los efectos de la crisis bancaria de 1999 (depósitos congelados), alta incertidumbre política y una tasa de inflación elevada (14% mensual). Además, aunque las RILD alcanzaban para comprar la base monetaria, el balance del BCE mark-to-market mostraba un patrimonio neto negativo. A pesar de ello, los depósitos bancarios aumentaron casi 30% en los doce meses posteriores a la dolarización.
Es importante tener presente la distinción entre dinero externo y dinero interno. El primero es creado (emitido) por el Estado y constituye un activo para el sector privado mientras que el segundo es creado por los bancos y a nivel agregado del sector privado no constituye un activo neto (préstamos=depósitos). En la mayoría de los países el dinero interno representa entre 85% y 90% del dinero total. En Suecia, por ejemplo, ya no existe el dinero externo (efectivo). El Estado no tiene por qué hacerse cargo de la dolarización del dinero interno a menos que a) busque estatizar el sistema bancario, b) sea el principal deudor del sistema bancario, como es el caso de la Argentina actual. En este último caso, el Estado debe afrontar la deuda que mantiene con los bancos.6
Lo antedicho no necesariamente significa que lo mismo sucedería en la Argentina. Simplemente, permite refutar uno de los argumentos mas falaces que se esgrimen para objetarla o cuestionarla. Todo dependerá de la configuración del sistema bancario y del BCRA y de la credibilidad del programa de reformas que acompañe a la dolarización. Si hay credibilidad habrá monetización (es decir, aumento de los depósitos).
No hay un formato único para una dolarización. Siempre debe adaptarse a las circunstancias particulares (políticas, jurídicas y financieras) de un país en un momento dado.
Luego de las dolarización, las RILD ya no reflejan el resultado de operaciones con no residentes del sector privado, que se efectivizan directamente a través del sistema bancario.
Como mencioné en un post anterior, luego de una dolarización todos los activos y pasivos del banco central se convierten a dólares, por lo cual, lo relevante para la conversión de los pasivos monetarios ya no es el monto de reservas internacionales sino más bien su patrimonio neto a valor de mercado (mark-to-market).
El gobierno inicialmente impuso un límite de seis meses que luego fue extendido a nueve. Al 30/9/2000 se había alcanzado una tasa de dolarización de 97% del circulante en poder del público.
Como se puede ver en la siguiente tabla, en El Salvador se produjo el mismo fenómeno. Es decir, las reservas internacionales cayeron en un monto inferior al de colones dolarizados.
El escenario de liquidación instantánea en el caso de una corrida bancaria.
En Ecuador no existía este problema –el banco central como deudor de los bancos– en la misma magnitud que hoy existe en la Argentina.
Muy bueno, y leyendo esto se me despierta una sola visión negativa, me explico:
Hace unos días escuche a un norteamericano millonario inversor y accionista, que decía que en EEUU la gente no tienen dólares. Si bien anualmente hay una inflación del 8%, no hay dólares en circulación. Debido a la situación real del ciudadano promedio que vive de la deuda y sufre la subida de precios e intereses en los préstamos bancarios. Entonces por que vendrían inversionistas a invertir y depositar sus dólares en Argentina, cuando hasta en EEUU está complicado el panorama?
No nos destacamos en ser un país productivo, más allá de la soja y el trigo, como sería esto posible y provechoso?
Los leo.
Saludos cordiales.
Estimados desde ya decir que los sigo atentamente en sus articulos y entrevistas. Ahora bien, tengo tres preguntas muy relacionadas entre sí, que reflexiono si las tienen presentes, y estimo que si.
◼ En primer lugar ¿Como y de donde saldrian las monedas fraccionarias del dolar para los billetes y monedas del peso que tienen un valor inferior a 1 dolar o a los 500 pesos a dia de hoy? Teniendo en cuenta que las monedas de valor inferior a 1 dolar son escasas, porque en EE. UU. no son muy usadas. Seguro no seran imposibles de conseguir, pero por ejemplo en Ecuador llegaron a la solucion de dejar circular monedas del dolar y ecuatorianas.
◼ En segundo lugar, y a riesgo de sonar "naif". Antes de abastecerse de los dolares para su posterior canjeo ¿Se hace un estudio comparativo de la cantidad de billetes y monedas en circulacion de cada valor del peso? Esto para que todo sea acorde, y evitar que posteriormente no haya suficiente o un exceso de stocks de un billete o una moneda del dolar, aparte de que en esos casos se pueden hacer cambios, en general ¿Como se instrumenta la dolarizacion en ese sentido?.
◼ Y en tercer lugar, en un contexto de dolarizacion ¿Como quedaria el inventario de billetes y monedas? ¿Simplemente se avanzaria o se trataria de mejorarlo? Ya sea al inventario del peso mismo antes de la dolarizacion, del dolar durante el proceso, o despues por parte de la gente misma, o de la entidad financiera que quede a cargo, a medida que la economia y los salarios crecen.
La pregunta viene porque Argentina como denominacion mas alta tiene el billete de 2 mil pesos, de reciente introducción con bajo uso, pero que haciendo una comparacion rudimentaria, teniendo por un lado el ingreso minimo actual, y por otro la denominacion mas alta de la moneda de Argentina y EE. UU. Entonces este mismo deberia rondar los 7 mil pesos, ya sea 5 mil pesos (10 dolares), o 10 mil pesos (20 dolares), ademas de sus correspondientes correcciones en las denominaciones bajas y las monedas fraccionarias.
Mientras que si nos basamos en una paridad total con el dolar, o lo que lo mismo el ingreso minimo estadounidense, que podria ser en un futuro lejano Argentina, la denominacion mas alta del peso deberia ser de 50 mil pesos (100 dolares).
En fin, eso es todo por ahora, y gracias de antemano.