The Economist se equivoca, otra vez
Un artículo reciente plantea un escenario apocalíptico si el gobierno avanza con una "dolarización endógena" en la que se congela la base monetaria.
Es notable que los artículos de The Economist planteen juicios terminantes sobre ciertas cuestiones sobre las que evidentemente no tienen suficientes conocimientos. Dado que como es usual no están firmados, el editor de la revista debe asumir la plena responsabilidad del error. No es la primera vez que se equivocan sobre la dolarización.
Al especular sobre la propuesta de “dolarización endógena” de Milei, el autor del artículo afirma que “este esquema a medias plantea más preguntas de las que responde. Nunca se ha probado en otros lugares. Congelar la oferta monetaria podría provocar una deflación”.
De hecho, un esquema similar funcionó muy bien en El Salvador, donde a través de una ley el gobierno: a) congeló la oferta monetaria, b) declaró el curso legal del dólar, c) estableció una paridad fija con el dólar y el colón, y d) dolarizó completamente el sistema bancario. Los colones en circulación fueron convertidos a dólares a lo largo de casi dos años. Como se puede ver en el gráfico esto ocurrió con la oferta de colones congelada y sin provocar una deflación (en este artículo explico como podría funcionar este esquema en la Argentina).
El autor del artículo de The Economist parece ignorar que la Argentina es una economía bi-monetaria y que se estima que los argentinos tienen más de 277.000 millones de dólares “fuera del sistema financiero”. Esta cifra tiene sentido, ya que una economía con el nivel de desarrollo de la Argentina debería tener un ratio de M3 a PBI de al menos 70% pero actualmente ese ratio no alcanza a 20%. La diferencia es indicativa de la dolarización espontánea que se ha producido en la Argentina como consecuencia de la alta inflación. A la cifra mencionada habría que agregarle por lo menos otros 100.000 millones de dólares no declarados.
Esta liquidez en dólares no es intermediada por el sistema financiero y, por lo tanto, no contribuye a la expansión del crédito.1 Además, como el dólar no tiene curso legal, los tenedores de dólares se ven obligados a canjearlos por pesos para hacer frente a sus obligaciones.2
Desconozco los detalles de la propuesta de “dolarización endógena” que el gobierno supuestamente estaría evaluando. Lo que nunca se ha intentado y a mi juicio no tiene sentido es una dolarización oficial sin darle curso legal al dólar. La razón es muy simple: impondría altos costos de transacción para la economía, ya que quienes tienen dólares deben necesariamente canjearlos por pesos para desarrollar su actividad económica. Tengamos presente que si 100.000 millones de dólares cambiaran de manos durante un año (supuesto conservador), esto implicaría un costo de aproximadamente 3.000 millones de dólares (el ida y vuelta en el mercado cambiario cuesta 3%), lo cual equivale a aproximadamente 0,6% del PBI. Tampoco tendría mucho sentido dejar que sobreviva el peso en el sistema bancario.
Lo que justamente hay que hacer es re-canalizar los dólares que los argentinos tienen a la actividad económica y a monetizar el sistema financiero. Y esto se logra dándole curso legal.
El artículo de The Economist desinforma a sus lectores y crea confusión, lo cual es grave teniendo en cuenta su reputación como fuente de análisis informado sobre cuestiones económicas.
Aquí el link al artículo:
Hay aproximadamente 17.000 millones de dólares en cajas de ahorro en los bancos pero tienen encaje elevado por lo cual tampoco contribuyen demasiado al crédito. En el pasado estos encajes sirvieron para financiar indirectamente el déficit fiscal a través del balance del BCRA.
Algunas transacciones como la compra-venta de inmuebles y obras de arte y las intervenciones quirúrgicas se pagan directamente en dólares, pero no se pueden pagar ni los impuestos ni ninguna deuda contraída en pesos.
Muy clara nota. Lamentablemente The Economist hace rato que se convirtió en apenas una sombra de lo que supo ser hace algunos años.
Muy bueno Emilio